La práctica de respiración consciente se evaluó dentro del Plan para la Protección de la Salud frente las Pseudoterapias del Ministerio de Sanidad. En concreto se analizó el uso de este tipo de respiración en personas con estrés, ansiedad o depresión. La respiración consciente podría considerarse una práctica segura pero la evidencia disponible no es suficiente para concluir sobre la eficacia de esta práctica en las condiciones clínica evaluadas.